Ara Chocolat Paris

La pareja AndrĂ©s y Sabrina son de Venezuela y ambos trabajaron en Europa, donde sus caminos se cruzaron en algĂșn momento. Se instalaron en ParĂs y fundaron la pequeña chocolaterĂa en pleno centro de ParĂs, en la calle de Dunkerque. AndrĂ©s, el chocolatero, es un chef de formaciĂłn y convirtiĂł su amor por el cacao, que encontrĂł en abundancia en su tierra natal, en una profesiĂłn. Tras varias estancias en restaurantes de primera lĂnea en Caracas y Londres, aprendiĂł a hacer chocolate y cumpliĂł su sueño de tener su propia chocolaterĂa.
Es un fabricante de Bean-To-Bar y obtiene los granos de cacao directamente de los agricultores o cooperativas de cacao de América Central y del Sur. El cacao en sà es muy importante para él. Cada vez se descubren mås variedades de cacao antiguas, monovarietales o apenas cruzadas, que tienen aromas especialmente interesantes y, por tanto, son muy buscadas por los entendidos. Sin embargo, estas plantas son muy sensibles y tienen un bajo rendimiento, lo que las hace poco interesantes económicamente. Sólo los verdaderos amantes del buen chocolate aprecian estas variedades y estån dispuestos a pagar mås por ellas. Andrés conoce a sus cultivadores de cacao y los apoya no sólo pagando mås por el cacao, sino también ayudando a preservar estas plantas raras.
Proteger la naturaleza es importante
Algunas variedades pertenecen a los cacaos heredados y son especialmente dignas de protecciĂłn porque ofrecen otros beneficios ademĂĄs de un excelente sabor. El cacao lo cultivan sobre todo los pequeños agricultores y contribuye a una gran parte de sus ingresos. AdemĂĄs, la planta forestal crece bajo el dosel protector de otras plantas, por lo que contribuye a la conservaciĂłn de ecosistemas aĂșn intactos, incluida la protecciĂłn de las aves autĂłctonas y otras especies. Debido al cambio climĂĄtico, la deforestaciĂłn y el malestar econĂłmico, estas plantas dignas de protecciĂłn siguen desapareciendo en favor de variedades de crecimiento mĂĄs rĂĄpido y mayor rendimiento pero menos aromĂĄticas, como el clon CCN-51. Esto tambiĂ©n es cierto para otras plantas y especies.
El nombre Ara Chocolat procede de los loros Ara, originarios de AmĂ©rica Central y del Sur. La palabra Ara proviene del grito de los animales, a los que los indĂgenas dieron su nombre. SĂłlo las especies grandes emiten los gritos tĂpicos. Hoy en dĂa, ocho especies siguen perteneciendo al gĂ©nero, algunas ya estĂĄn extinguidas.